Rotonda

Sr. Director:

En carta publicada el día viernes 10 de agosto recién pasado, la Sra. Felicia Ortega manifiesta no estar de acuerdo con mi opinión, publicada en el Diario 21 el miércoles 8, respecto del uso de rotondas. Plantea la Sra. Ortega que en el sector han ocurrido varios accidentes debido a la imprudencia de los conductores, y que ésta "está en vías de extinción".

Estoy totalmente de acuerdo con ello. Sin embargo, discrepo en que ello sea un problema exclusivo o debido a la rotonda. Tal como dice la Sra. Ortega, el problema está en la imprudencia de los conductores. Es más: durante 2011, fallecieron en nuestro país 1.573 personas en siniestros de tránsito, lo que hace un promedio de más de 4 personas al día, cifra muy superior a la que produce la delincuencia, por ejemplo. De tales fallecimientos, más del 50% se debió a causas atribuibles a conductores, pero un sorprendente 27% fue causado por peatones, lo que refuerza que la mayor parte de nuestros problemas de seguridad vial son culpa de nosotros mismos, sea en calidad de conductores o de peatones. Y es del caso mencionar que, de esas muertes, muy pocas se produjeron en rotondas.

En definitiva, discrepo con la conclusión de que "las rotondas no sirven para el hombre de hoy" que plantea la Sra. Ortega. A la luz de las cifras, más bien pareciera que los chilenos no servimos para convivir con vehículos motorizados. Lo bueno es que eso podemos cambiarlo rápidamente si cada persona adquiere una adecuada cultura de seguridad vial. Lo malo es que, pese a todo, es algo que aún no ha podido conseguirse. 

Atentamente,

Ernesto Piwonka Carrasco